Ligero, pequeño y tremendamente manejable: el Mini clásico es coche muy divertido de conducir. Pero más lo son los 'shorty': Minis modificados con aún menos distancia entre ejes y solo dos plazas. Estas conversiones son bastante populares en Reino Unido y EEUU entre los petrolhead, al parecer.
Uno está ahora a la venta por 5.500 libras (al cambio unos 6.500 euros). Necesita algún que otro arreglo menor, así que su vendedor está abierto a ofertas más bajas.
Parece un kart, pero es legal para carretera
No está claro cuando nació el primer Mini 'shorty', pero según Silodrome en las últimas décadas se han construido bastantes. O más bien modificado, reduciendo este urbano británico a la mínima esencia. El resultado es un cochecito aún más disfrutón al volante, mejorando la aceleración de un Mini convencional. Los hay con techo y descapotables, como este ejemplo.
En concreto este Mini todavía más mini toma como base un Leyland Mini de 1978. En su ficha de Car & Classic se detalla que fue transformado hace 12 años y estuvo prácticamente toda una década en un granero.
El actual dueño lo tiene desde hace un año y ha restaurado algunos de sus elementos: el paragolpes, la parrilla delantera, o las molduras cromadas son de nueva factura. También ha retapizado los asientos, sumado nuevas alfombrillas e instalado neumáticos nuevos.

A nivel mecánico se asegura que ha recibido piezas nuevas, aunque no se indican más allá de que la batería es nueva. Se detalla además que "quizá haya que cambiar el cable del freno de mano": mal menor pues es una pieza bastante barata. Se entiende es la razón de que no haya pasado la ITV este año, ya que se promete que el resto funciona bien. Cuenta con toda la documentación, incluyendo la de la conversión.

"Se conduce muy bien", promete el propietario. Sin duda, debe ser fascinante pisar desde parado el acelerador: si ya un Mini Layland ronda los 700 kilos, sin los asientos traseros, con menor superficie de carrocería y el chasis recortado los bajará con creces. La pena es que no se detalla qué motor lleva, pudiendo ser de entre 34 y 60 CV, la horquilla es amplia.
El odómetro dice que ha recorrido 50.000 millas (unos 80.460 km), tiene el volante a la derecha como buen británico y si lo quieres en tu garaje tienes que ir hasta Irlanda del Norte a por él. A cambio tendrás todo un kart street legal por mucho menos de la mitad de lo que cuesta un Dacia Sandero.
Imágenes | Car & Classic