Muchos consideramos que ciertos coches son obras de arte, pero hay algunos que literalmente lo son. Es el caso del Cadillac DeVille de 1957 encerrado en una estructura de hormigón que hizo el artista Wolf Vostell.
Durante muchos años, esta escultura ha estado a la intemperie en una calle de Chicago, Estados Unidos, pero se ha restaurado recientemente y ahora descansa en un aparcamiento, a pocos metros del Smart Museum of Art de Chicago.
Antes de hacer este Cadillac, su autor hizo lo mismo con un Opel Kapitän
Hasta cierto punto, encontrarte con una escultura de un coche por la calle no es demasiado raro; pensando rápido, se me ocurren tres ejemplos: el Fórmula 1 que hay en las calles de Mónaco, el homenaje a Juan Manuel Fangio que también está en Mónaco y el ‘Alpinche’ que está en el centro de Orense. Sin embargo, ver un coche bañado en hormigón en un aparcamiento de una universidad no es tan común.
Se trata de un Cadillac DeVille de 1957, o al menos eso es lo que era antes de sepultarse bajo varias toneladas de hormigón, y descansa en el Campus North Parking Garage de Chicago, Estados Unidos. Esta escultura es obra del artista Wolf Vostell y fue un encargo que hizo el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago después de que Vostell, conocido como ‘el poeta dele hormigón’, hiciera el ‘Ruhender Verkehr’ (Tráfico Inmóvil) en 1969 en su ciudad natal: Colonia (Alemania).
I just learned about the art piece "Concrete Traffic" created by artist Wolf Vostell in 1970 for the Museum of Contemporary Art Chicago; it is a 1957 Cadillac Series 62 Sedan DeVille encased in concrete.. It was restored between 2012 and 2016 after spending nearly 40 years out in the elements.
byu/The_Nabisco_Thing inWeirdWheels
Para dar forma a esa escultura, este artista, del que hay un museo en Malpartida de Cáceres, decidió “encerrar” en una estructura de hormigón un Opel Kapitän. Un año más tarde, hizo lo mismo en Chicago, pero con un Cadillac Serie 2 Sedan DeVille de 1957. Sumando el peso del coche y el del hormigón, la escultura pesa 16,2 toneladas.
Después de pasar unos meses en el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago, Vostell y el museo regalaron esta escultura a la Universidad de Chicago, que se encargó de instalarla en una calle del barrio River North, en esa misma ciudad.

Allí pasó 40 años, a la intemperie, hasta que se trasladó a un almacén, que fue donde lo encontró un par de años después el Dr. Christine Mehring. Más tarde, este especialista en arte alemán confesó en un documental sobre esta obra de Vostell que estuvo a punto de llorar de la emoción cuando se encontró este Cadillac de hormigón.
Gracias a Mehring, la obra de Vostell se restauró de forma integral entre 2012 y 2016. El Cadillac que había debajo del hormigón estaba en mall estado, con mucho óxido, neumáticos que se quedaron completamente planos y el parabrisas hundido, mientras que la estructura de hormigón tenía muchos parches porque se reparó muchas veces con el paso del tiempo. Al terminar la restauración, la obra de Vostell se trasladó al parking que hay en la misma calle donde está ubicado el Smart Museum of Art de Chicago.
Imágenes | Concrete Happenings (Facebook), The University of Chicago